sábado, 11 de febrero de 2012

6.

Las semanas pasaban y la rutina se convirtió en mi mejor amiga. Sophie era la mejor caja de sorpresas que un niño podía comprar. Cada mañana aparecía con una historia nueva que contarme, una trastada que hacer y un secreto en los labios. Hablaba muchísimo de su antigua vida en España, de sus sueños de viajar por todo el mundo, pero sabía que siempre dejaba su historia a medias. Más de una vez la encontré mirando por la ventana en busca de alguien, pero como ella siempre me contestaba cada vez que le preguntaba por ello me decía sonriendo ''Que voy a buscar Dev, eres la única persona en Londres que conozco que realmente merezca la pena.'' Y ahí acababa esa conversación. Yo sonreía y ella se hacía la atareada limpiando las mesas. Creo que Sophie necesitaba que me lo creyera pero en realidad era una mala actriz, pero sabía en qué momento debía callarme y hacer como que nada pasaba.
Quería descubir a esa pequeña chica que se escondía tras una inservible máscara de la que parecía imposible escapar

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